No hallo mejor manera para narrar tan apasionante historia del Carnaval de este año que una historia contada por horas tal como si fuera un diario...
Viernes 20:00: Nada concretado sobre el posible disfraz a lucir esa misma noche, tan sólo estaba decidido el disfraz a ponerse el Domingo para el desfile de grupos, un bello vestido de sevillana.
21:00 comienza el entrenamiento de balonmano, sigue sin decidirse ni idearse nada al respecto y el tiempo no perdona, el hecho de estar entrenando limita nuestra habital imaginación.
22:00: A mitad del entrenamiento tengo la genial idea: Un chaleco reflectante, gorra, pantalones de trabajo y un cepillo... Ya tenemos disfraz de barrendero.
00:30 pasan a recogerme los compañeros con el susodicho disfraz, llegamos a la zona de los pubs y a partir de allí todo comienza a ser borroso hasta las 4:00 en la que nos reunimos para decidir el siguiente disfraz.
4:00 la reunión resulta ser un fracaso, no decidimos nada y volvemos un rato por ahí abajo.
Sabado 12:00 vamos a tomar la caña y a intentar decidir de nuevo el disfraz del Sábado, nuevo fracaso.
16:00 comienza la limpieza del local (operación de alto riesgo) así como la organización de la fiesta de disfraces que se haría por la noche
19:00 se decide por sorpresa el nuevo disfraz, unos pocos nos pondríamos traje, nos pintariamos de negro y junto a algunos elementos característicos nos disfrazaríamos de Barack Obama.
0:00 comienza la ya nombrada fiesta con el disfraz por fin preparado, a partir de aquí todo es borroso así como muy pesado de contar
Domingo: Todo el día terminando de preparar la carroza así como el calimocho, para por la tarde desfilar con gran éxito bajo los compases de la música española más castiza, muy agotados ya de madrugada acabaron así para mí los carnavales.
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